martes, 16 de noviembre de 2021

Diez hábitos típicos de las personas resilientes (segunda parte)

 En la publicación anterior estuvimos comentando sobre la resiliencia y algunos de los hábitos que las personas más resilientes tienen en común

6. ... ¡Pero también con todo tipo de seres humanos!

Vivir la vida con normalidad incluye no estar limitado por una burbuja de amistades y conocidos que cumplan unas características muy determinadas. Por eso, alguien con un buen dominio de las estrategias de afrontamiento no tendrá mayor problema en interactuar con todo tipo de gente de vez en cuando.

7. Están todo el día haciendo cosas

¡Mientras cuando toca dormir, claro! Mantener una actitud activa las ayuda a centrarse y llegar a los objetivos deseados, lo cual a la vez repercute positivamente sobre su propia autoestima y la autoconfianza.

8. Practican deporte y/o algún tipo de meditación

La meditación parece tener múltiples beneficios, entre los que se encuentran la facilitación de aparición de pensamientos positivos y la reducción del estrés, tal y como queda explicado en este artículo. El deporte, por su parte, también sirve para relajarse y ganar en autoconfianza. Ambos hábitos, además, no dejan de ser rutinas muy sólidas para el día a día o, dicho de otro modo, pequeñas metas cotidianas.

9. Usan el humor para empoderarse

El humor es un valiosísimo recurso para quitarle importancia a las cosas a la vez que se obtiene una sonrisa a cambio. Hacer bromas sobre algo relacionado con los problemas personales es perfectamente saludable, teniendo en cuenta que se aborda el tema obteniendo una respuesta emocional que es agradable y nos libra del peso del estrés. Eso sí, en tanto que estrategia de resiliencia deberían ser bromas espontáneas y genuinamente graciosas. Auto-imponerse la tarea de hacer humor puede ser un mecanismo de defensa si sólo se tratan las bromas como una máscara.

10. Reservan momentos para pensar acerca de lo que pueden hacer a largo plazo

Enfrentarse a las adversidades significa mirar más allá del estrés o la tristeza que puede experimentarse de vez en cuando. Por eso, alguien que haya conseguido entrar en una dinámica de resiliencia planifica sus objetivos y hace que algunos de estos queden proyectados hacia el largo plazo. Esto ayuda a mantener los pensamientos fijos en aquellas cosas que pueden ser cambiadas a mejor y, además, el hecho de poder cambiar materialmente el contexto hace que sea más fácil plantar cara a las situaciones negativas.

11. Invitan a los demás a participar en sus proyectos

Las personas resilientes transforman en hábito el hecho de animar a los demás a participar en sus proyectos, sean estos simples y a corto plazo o ambiciosos y basados en un objetivo que se tardará en alcanzar. El sentido de esto es contagiar la actitud positiva a los demás y, al mismo tiempo, hacer que esta actitud positiva vuelva a uno mismo a través de la satisfacción de los otros, como un eco. Además, los proyectos que involucran a muchas personas a menudo son más absorbentes y estimulantes que los que se realizan en solitario, ya que las expectativas que los demás ponen en nosotros nos animan a continuar.

12. Se empapan de cultura

Para desarrollar resiliencia no hay nada como explorar formas de pensamiento y dea acción alternativas. Y, para conseguir esto, vivir la cultura es fundamental; de este modo se descubren pensadores, autores y artistas que nos descubren su mundo mental y nos enseñan que la vida puede ser experimentada de muchas más formas de las que creímos en un principio. A fin de cuentas, a medida que crecen las opciones de pensamiento entre las que se puede elegir, crece también nuestra libertad y nuestra capacidad para experimentar las cosas de manera satisfactoria. En este sentido, las personas resilientes siempre se rodean de formas de expresión cultural estimulantes.

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