viernes, 6 de octubre de 2023

Contra el miedo, el movimiento

Hay un relato sin título escrito por Michael Ende, incluido en su libro "El espejo en el espejo" que retrata mi mensaje de manera sumamente gráfica:

Un bailarín se encuentra en el escenario esperando que el telón se eleve: "una pierna cruzada sobre la otra, la mano izquierda colgando, la derecha apoyada sueltamente sobre la cadera esperando el comienzo. De tiempo en tiempo, cuando el cansancio le obligaba, cambiaba esa postura, convirtiéndose, por así decirlo, en su imagen inversa reflejada". (Ende, M. El espejo en el espejo, 1984)

Pero el tiempo sigue pasando y el telón no se levanta. El bailarín no sabe que hacer y comienza a preguntarse si sería conveniente ir a revisar que ha ocurrido, pero eso entraña el riesgo de qu el telón se levante cuando el salga de posición y su presentación sería un desastre, de tal suerte que congelado en el escenario, nuestro bailarín solo consigue invertir su posición cada vez que el cansancio se lo exige. El cuento de Michael Ende, concluye, angustiante en esta paradoja sin salida. 

Así es como actúa el miedo. Nos congela y nos paraliza. Nos impide solucionar situaciones insatisfactorias que requieren un riesgo para actualizarse. Nos deja fijos, soportando. Nos plantea un escenario en donde las soluciones se pueden volver contra nosotros: ¿y si renuncio y me va mal en el otro trabajo?, ¿y si me divorcio y es peor?, ¿si pido mi aumento y me despiden? De tal suerte que la vida se vuelve un elegir entre el menor de dos males. 

El miedo se vence moviéndonos. Creando. Haciendo. Provocando. 

Los escenarios que nos vende el miedo son situaciones perceptuales. Lo vivo es movimiento y la vida sin riesgo tiende a rigidizarse. Nadie que se adhiera a la supuesta seguridad que nos plantea una estabilidad pobre o mediocre, logra sentirse satisfecha(o) en el mediano o largo plazo. 

Hay que vivir la vida en términos de satifacción y aprender a correr los riesgos que valen la pena por nuestra felicidad, por nuestro bienestar. Si permanecemos en la inacción somos la consecuencia y no la causa. Busquemos ser ejemplo como creadores y generadores de nuestra realidad para nuestros niños. 

Cuando entrevisto gente mayor, siempre tienen este registro. Debí correr más riesgos porque hoy sé que no pasa nada. 

Aprender a esperar lo mejor de la vida y a saber que siempre vamos a estar bien, sin importar lo que venga, es un aprendizaje de vida. Saber de facto, que la existencia nos sostiene.

Hoy te lo digo: vence tu miedo, muévete, recuerda: la existencia te sostiene.