jueves, 7 de octubre de 2021

Ciencia de la felicidad: ¿Obtener todo lo que deseamos nos hace felices? (2da parte de 2)

En la entrada anterior, hablamos de los estudios de Daniel Gilbert y de la manera en la que el cerebro humano es capaz de prospectar el futuro pero de manera incompleta. 

Tenemos, adicionalmente, la capacidad de acostumbrarnos a los eventos, Gilbert le llama adaptación hedónica. Después de un rato de haber logrado algo, regresas a la normalidad emocional. nos adaptamos.

"La felicidad no es un lugar en el que puedas estar siempre, vivir ahí, es un lugar que puedes visitar una y otra vez y si haces lo correcto puedes ir con más frecuencia y quedarte más tiempo, pero no es para siempre. Es importante tener esto en cuenta porque mucha gente piensa que si después de algo muy bueno, regresan a lo cotidiano, puede haber algo mal, ¿por qué mi matrimonio, mi hijo, mi ascenso no me dan felicidad eterna?, porque simplemente no existe, felices para siempre solo pasa si te quedan tres minutos de vida". Nos dice Gilbert.

La adaptación hedónica funciona igualmente para los eventos negativos. Somos malos prediciendo lo bueno pero somos peores prediciendo lo malo. Cuando nuestro cerebro prospecta desgracias, considera que todo va a ser peor de lo que realmente es. No consideramos la adaptación, somos muy adaptables. Tenemos un sistema de defensa psicológico que nos ayuda a adaptarnos a cualquier situación. Cuando pasa algo malo, la mayor parte de las veces lo enfrentamos y salimos avante en esta situación, hay miles de ejemplos de esta actitud frente a la adversidad, y estoy hablando de experiencias que cambian la vida. Normalmente nuestra psique nos defiende a través de ideas, racionalizaciones, y por supuesto se adapta. Cuando la gente recibe un diagnóstico grave, pierde su casa en un terremoto, termina su matrimonio, etc. La gente cree que nos engañamos con estas formas de consuelo pero la felicidad que sentimos cuando pasa algo positivo, no difiere en calidad de la que nos proveemos a nosotros mismos a través de las racionalizaciones que formulamos cuando atravesamos retos fuertes.

 Hay poco más de ochocientas pláticas TED que hablan de experiencias percibidas como desgracias, que cambian la vida y que al final resultaron en enormes bendiciones. Tal y como Victor Frankl en su libro "El hombre en busca de sentido".

Con eventos negativos vienen cosas buenas, siempre, pero nuestro cerebro no es capaz de visualizarlas en la imagen del futuro que construye. 

Gilbert hizo una encuesta, donde preguntó qué es lo peor que puede vivir un ser humano. Estadísticamente encontró que la muerte o pérdida de un hijo es percibido como el evento más doloroso que la gente puede imaginar. Así que buscó padres que hubieran atravesado por eso para entrevistarlos, les pedía en la entrevista que le relataran lo bueno y lo malo de haber perdido a su hijo. Encontró que con mayor frecuencia, los padres tendían a relatar más bueno que malo, y eso sorprende. Si entendemos el poder del sistema inmune psicológico nos haremos más valientes. Harás más cosas, serás más osado y estarás bien. 

La adaptación hedónica significa que lo malo no va a ser tan doloroso y que lo bueno no va a durar tanto. Una vez más, lo bueno y lo malo son percepciones y estas no son del todo confiables.

Con algunos ejercicios que exploraremos en este espacio podrás alcanzar la felicidad con más frecuencia ajustándote a la realidad y no a la percepción. 

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