viernes, 22 de enero de 2021

Ciencia de la felicidad: ¿Obtener todo lo que deseamos nos hace felices?

"Que se cumplan todos tus deseos", o sus variantes como: "que logres todo lo que te propongas" (esta suena más sensata) son deseos comunes en año nuevo. Tenemos la idea de que conseguir todo lo que deseamos nos llevará indefectiblemente a la felicidad, pero ¿esto es cierto?

Muchos hemos fantaseado con ganarnos la lotería, por ejemplo, hay quienes sueñan con una relación de pareja, con una casa, un viaje, un coche nuevo, etc. Los deseos que nuestro cerebro proyecta van cargados de imágenes de mejora en nuestras vidas, por ende, deben de ayudarnos a ser más felices... o eso pensamos. 

Si hacemos caso a la ciencia, nos damos cuenta que nuestras predicciones son bastante deficientes, tanto para lo bueno como para lo malo.Tenemos que acercarnos a las investigaciones científicas para regresar al camino.

Clay Crokrow, es trabajador social y psicoterapeuta, sin embargo, el trabaja con un grupo particular de pacientes. Las personas que lo consultan son los super ricos, el 1% más rico del 10% más rico. Ocurrió que unos de estos personajes llegó a consulta con él y dado que no se sintió enjuiciado por el tipo de problemas que iba a resolver, poco a poco se regó la voz de que Clay es un terapeuta que no enjuicia y que acepta como perfectamente válido que el problema de la semana sea no encontrar lugar para estacionar el yate.

La mayoría de las personas considera que sus problemas tienen que ver con dinero, consideran que si tuvieran dos, tres o diez veces lo que tienen se acabarían sus conflictos. Cuando notan que los muy ricos pacientes de Clay van a terapia y tienen problemas, confrontan esta idea y por ende, lo resienten.

Clay Crokrow dice, basado en su experiencia con esta población: "si tienes un enemigo, ve y cómprale un boleto de lotería, porque si gana, su vida será un total desastre". 

Todos creemos que necesitamos más dinero para ser felices, se ha generado el mito de: a más dinero, más felicidad. Dos premios nóbel hicieron una investigación para ver si esto es real y lo que encontraron fue sumamente interesante. Tomaron una muestra representativa de trabajadores en Estados Unidos,  para las personas con el salario más bajo  de la muestra (unos 10,000 dólares al año), efectivamente, más dinero las hace menos estresadas, y más felices. Pero conforme mejora el salario de las personas, esto se empieza a nivelar, encontrando que a partir de los 75,000 dólares anuales ya no hay diferencia en los estados de bienestar aunque se cuadruplique la suma. Un vez que logramos holgura en la cobertura de nuestras necesidades básicas el dinero no hace diferencia en nuestro ánimo.

Nuestra intuición no logra ver los problemas que vienen con la riqueza, por ejemplo: la culpa. El rico piensa: mi vida no es perfecta pero debería  de serlo porque tengo dinero. Los ricos tienen problemas de relación, no pueden confiar porque los buscan por interés, no logran tener un amigo real, viven aislados, sin saber si eres mi amigo por mi dinero, ¿si vamos a comer siempre tengo que pagar?, si estamos en una reunión y todos están comentando de lo difícil de su situación, no puedo comentar que el fin de semana me fui en mi jet privado a comer a un restaurante nuevo en París, es como restregarles en la cara lo que ellos no tienen. Los ricos se sienten atrapados en jaulas de oro, no pueden dejar el dinero que es la fuente de sus malestares, del mismo modo en que los demás podemos dejar una relación enferma o un mal trabajo.

Daniel Gilbert, psicólogo social, escritor y catedrático de Harvard nos dice: "creemos que obtener lo que deseamos nos hará inmensamente felices, pero la gente que lo logra, con frecuencia no lo siente así, la gente que no tiene lo que desea, por el contrario, con frecuencia es feliz... Este es un efecto que nos ha sorprendido a los psicólogos por décadas".

Nosotros tenemos la facultad de prospectar nuestro futuro, somos la única especie que lo puede hacer, un chimpancé no puede pensar en el próximo verano, pero esta capacidad humana es bastante deficiente. El cerebro humano no puede imaginar todos los elementos que se van a modificar con los eventos futuros. La simulación del futuro nos da una rápida ojeada de lo que va a pasar, eso es fantástico, pero es también su mayor defecto porque obvia detalles importantísimos. Por ejemplo, volverte rico: imaginas todo lo que vas a ganar pero no lo que vas a perder, muy probablemente no vas a continuar con las mismas relaciones sociales que tienes con gente que necesitan dinero pero no tienen, subestimas el número de personas que van a venir a implorarte o exigirte una y otra vez que los ayudes. Mucha gente ya no va a querer llevarse contigo porque obtuviste tu dinero de la manera equivocada, y así. Nada de eso está en nuestros escenarios del futuro. 

Continuará...


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